El balcon de la primera casa
El primero verano en Ludiente lo pasamos en la casa de Mercedes y Aurelio. Gracias a ellos pudimos comprobar que un pueblo pequeño con rio es un buen sitio para pasar el verano, sobre todo con niños.
Hoy he pasado por debajo del balcón de aquella casa, los niños de las golondrinas estaban ahí, cantando, estirando las alas, entrenando para el gran viaje a África.
Las golondrinas tienen a veces dos nidadas, así que es probable que los padres no estuvieran ahí con los adolescentes recién emancipados, sino sacando adelante una nueva generación de golondrinas.
Para los humanos, la época de crianza es pesada. Imagina si tuvieras que criar un par de veces cada año.