Regla de oro para la huerta
Esta mañana entre otras cosas, he quitado una de las cabañas de tomates. De paso quito lo que queda de las matas, aún están vivas pero ya no harán tomates que me pueda comer.
Al arrancar alguna mata me he fijado en sus raíces. La de la fotografía es una raíz de tomate que se riega a manta. He arrancado una que medía casi 1 metro.
Y ahí va la regla de oro: lo que se produce en la huerta (y no se come) se queda en la huerta.
Yo no quemo ni tiro nada ( salvo la grama). Los residuos de cultivos, malas hierbas, fruta mala, restos de poda pequeños, incluso cañas.. todo eso se ha cogido nutrientes de esa tierra, así que cuando acaba el ciclo, lo que queda vuelve a la tierra.
Es una manera barata y simple de enriquecer tu tierra y reciclar los residuos generados.