Una cuneta cualquiera
Los parques nacionales están muy bien. Protegen las especies y espacios emblemáticos, todo el mundo los visita y admira.
Las cunetas sin embargo no son nada del otro mundo. La gente a menudo las utiliza como basurero, nadie se fija en ellas, pero en ellas la naturaleza también se asienta.
Las plantas menos exigentes las ocupan, los insectos polinizan las pocas flores que crecen, algún pajarito se come al saltamontes que vive allí, y así sucesivamente.
Si dejas una cuneta sin quitar la hierba, pronto se llenaría de materia orgánica que a su vez serviría de soporte vital para otros seres vivos.
Considerar cada espacio de tierra sagrado es lo que puede salvar al planeta, aunque los parques nacionales están genial claro.