Amanece, que no es poco
Iba a dar el paseo de la mañana a Lula. Cero ganas, cero motivación, cero alegría por motivos ajenos a los temas tratados en este blog. Un día de esos que la vida pesa.
Pero al subir las escaleras que dan a estos árboles vi como amanecía con el Buey Negro de fondo (la montaña que domina el termino de Ludiente). El cielo era espectacular y el aire estaba limpio.
Lula me llevó al camino del rio, las pocas ganas fueron quedando en el asfalto y cuando volvía a casa, después de 45’ paseando por la naturaleza mi ánimo era otro.
Y digo yo si a veces no pedimos demasiado, solo hay que poner un pie, luego otro, y seguir así. Un simple paseo por el campo no cambiará tu suerte, ni tus problemas, pero puede animarte para llevarlo de otro forma.