Ciudad sin ley
Lo bueno de habitar en un sitio como este pueblo es que no está todo regulado, como es la norma hoy en día, y te sientes más libre.
Lo malo es que cada uno hace lo que le sale de sus partes, el que venga por detrás que arree.
Por ejemplo, debajo de puente viejo, junto al río, suelen aparcar domingueros y otros seres. La distancia desde el pueblo aquí son 5-10’ a pie, lo cual es demasiado para algunos.
En una de las columnas del puente pusieron una señal que nadie obedece, donde se prohíbe entre otras cosas aparcar.
Hace unos días el alcalde y la excavadora estaban allí, el objetivo no se seguro cuál fue, parece que hacer más sitio para aparcar , justo donde ellos pusieron el cartel de no aparcar.
Es posible que me esté equivocando y la actuación tenga otro fin desconocido, lo cual sería surrealista dado lo que hicieron.
Todo menos prohibir bajar al río los coches como hacen en el pueblo de al lado. Habría más sitio para humanos y más agradable.
A veces vivir sin ley es una tragicomedia.
