Las uvas de la ira
Esta es la traducción del titulo de la obra maestra de John Steinbeck, ambientada en la década de 1930, cuando miles de pequeños agricultores en EEUU fueron obligados a abandonar sus tierras ante el avance de la mecanización y la concentración parcelaria impuesta por los bancos y los grandes terratenientes. Toda esa gente emigró hacia California para trabajar como mano de obra barata recogiendo cosechas y de esa manera poder sobrevivir.
Aquí no ha pasado esto afortunadamente, pero este campo de naranjos arrancado me recordó el libro que me estoy leyendo. También como antes una familia podía vivir del campo con dignidad. No todos claro, dependía de las hanegadas o hectáreas que tuviera, pero muchas podían vivir de ello o al menos sacar un beneficio.
Hace tiempo que el capitalismo salvaje y la globalización se ocuparon de eliminar esa historia. Desde hace mucho es necesario tener grandes fincas para poder competir en agricultura: bajando costes, mecanizando, luchando por los precios más competitivos contra productos que vienen del otro lado del mundo.
La rentabilidad lo ha impregnado todo, si tu tierra no es rentable no vale, y si tu no eres rentable tampoco.
