Milon de Crotona
Al final elegimos la opción C y el menos viejo de los que íbamos, saco al ternero de la valla y lo cargo.
Me sentí Milón de Crotona por un momento. Dice la historia que este luchador griego entrenaba llevando uno a los hombros cada dia hasta que tenía 4 años.
Quiero pensar que funcionó y se salvó. Lo dejamos junto a aquella vaca, aunque no se si sería capaz de levantarse y mamar, más tarde avisamos en el pueblo para que se pusieran en contacto con el ganadero. Aunque su destino fuera convertirse en filetes, merecía unos días más de vida.
Es extraño como los humanos a veces mostramos actos de generosidad o buenísmo con nuestros compañeros animales, ya que la mayor parte del tiempo no tenemos piedad, y muchos elegirían un nutritivo filete frente a una insulsa ensalada.