Somiedo
Somiedo es la niña de mis ojos, no puedo evitarlo. Fui allí por primera vez hace unos 30 años. Era rural, la gente amable y una naturaleza salvaje que no te la acababas.
Con los años volví algunas veces mientras me formaba como fotógrafo. Siempre me he quedado con ganas de más, con la sensación de sólo estar rascando en la superficie de un territorio que sólo algunos pueden explorar de verdad, y así es como debe seguir.
Al final vi al oso, pero me alegro mucho de haber tardado. Porque asi tuve la excusa para volver una y otra vez.