Salvado por la campana
¿qué objetivo hay detrás de las “perfectas” zonas verdes en las ciudades? ¿facilidad de mantenimiento? ¿limpieza? ¿orden?
La falta de criterio a la hora de gestionar las zonas verdes en las ciudades es apabullante. Setos y céspedes perfectamente recortados que son solo un poco más amables que el cemento para la vida.
Lo que la ciudadanía percibe como ordenado es en realidad estéril y carente de función. Unas zonas verdes un poco más variadas, un poco más mediterráneas, un poco más descuidadas serían más efectivas para combatir los efectos de la polución, infinitamente más baratas de mantener y con una biodiversidad mucho mayor.
Pero eso implicaría que la frontera entre humano y naturaleza se emborronaría. El humano civilizado quiere dejar claro lo que es salvaje y lo que es civilizado, y ahí está la clave de todo, que no nos vemos como parte de la naturaleza sino como unos espectadores que ven desde fuera el mundo.
Este platano de sombra se ha salvado de que le arranquen los chupones, pero sólo porque el empleado que ha pasado es el que se ocupaba del césped, cuando llegue el empleado quitador de chupones habrá ahí un tronco recto y perfecto.