Cultivar un huerto en una crisis climática

Introducción


Esta entrada iba a ser una especie de tour por la Huerta de las Quinchas, con un montón de fotografías bonitas que te iban a mostrar lo bien que está la huerta de las Quinchas y la gran cantidad de verdura que estoy recogiendo. Te iba a enseñar parte de la biodiversidad que he conseguido en sólo un año. Tenía pensado hacer al menos una fotografía a un buen montón de hortalizas estupendas y ecológicas.

Pero no ha podido ser. La naturaleza ha hablado en forma de tormenta de granizo, lluvia y viento. Todas las huertas del pueblo, están bastante afectadas o destrozadas, incluida la mia. Cayeron unos 60 lts por m2 en 25’. Un amigo desde el coche grabó la tormenta, el coche se zarandeaba. Pepe, que lo vio venir, me dijo que de repente se hizo de noche.

Un vecino comentó: “ si esto pasa en los tiempos de antes, en este pueblo, este año se pasaría hambre” Refiriéndose a los tiempos en los cuales la comida que se ponía en la mesa dependía básicamente de lo que uno sacaba de su tierra.

Así que en vez de una entrada para presumir de huerto, he decidido escribir algo sobre como la agricultura ecológica puede ser una piedra más en la solución climática y también te voy a contar algunas medidas concretas que puedes implementar como agricultor@ para intentar cultivar y minimizar el impacto en nuestros huertos en esta época de crisis climática que ya tenemos encima.

llahermosa seco durante el verano

El río Villahermosa a su paso por Ludiente en el año más seco que hemos pasado hasta ahora.


Los agricultores y el tiempo


Cuando has trabajado con agricultores, como es mi caso, te habitúas a oír quejas sobre el tiempo. Cuando llueve, o llueve poco o mucho. Cuando hace calor, casi siempre es demasiado. Si caen heladas, necesarias en muchos casos para los ciclos vitales de los frutales, normalmente ocurrirán a destiempo, cuando las flores de los frutales ya han brotado.

Ahora, yo me he convertido en uno de esos agricultores que está mirando el pronóstico del tiempo con preocupación. Cuando después del intenso calor veo crecer los nubarrones en el monte, pienso en las tormentas y rezo a un dios imaginario para que el granizo no sea fuerte. Ya no me alegran las tormentas de verano como antes.

Cuando vives ligado a un trozo de tierra y a lo que puedes cultivar en el, te unes íntimamente a los fenómenos naturales, de una m an era mucho más íntima y consciente.

Agradezco las lluvias continuas cuando vienen, porque se que llenarán el rio y ese año podremos regar sin problemas. Me gusta cuando en invierno hace frío porque es algo totalmente necesario para los frutales y muchos seres vivos. El tórrido calor del verano es otra cosa, últimamente siempre hace demasiado, pero entiendo que tendré que vivir con el y aceptarlo como algo habitual y natural.

La gente en los pueblos ve esta relación de forma más espontánea, su vida ha estado ligada al campo desde siempre, y están mucho más cercanos a la naturaleza real que los habitantes de la ciudad.

El habitante de la ciudad, habitualmente evalúa el tiempo en función de sus actividades de tiempo libre o de otras inconveniencias: “este fin de semana hará buen tiempo, podemos hacer esa excursión”, o “ no para de llover, me tiene harto este tiempo, no he podido poner la lavadora en 4 días”. A menudo no se da cuenta del efecto real de esos fenómenos en su vida diaria, al menos hasta que empieza a ser insoportable y nos llevamos las manos a la cabeza con las inundaciones que traspasa las líneas de metro, tormentas de granizo que golpean nuestros coches u olas de calor que nos inmovilizan al lado de un aparato de are acondicionado.

palmeras y coral en elche

Cereales y palmeras datileras en Elche. Parece claro que tendremos que ir adaptándonos a cultivos cada vez más adaptados el calor africano.


Un año de extremos climáticos en la Huerta de las Quinchas


Nos ha tocado vivir en una época en la que los extremos climáticos serán más frecuentes y más extremos. Culpa nuestra, de nuestros padres, abuelos etc, etc,..el maltrato continuo a la Tierra pasa factura tarde o temprano, y la evolución del clima en nuestra latitud parece ser que lleva esa tendencia: más calor y más fenómenos extremos.

Aún así, no voy a dejar de intentarlo, me gustaría dejar a mis hijos algo mejor, cuanto menos, algo no demasiado malo.

En cuanto a las Quinchas se refiere, empezó el otoño y siguió un invierno sin una gota de agua. Gerardo me había dicho: “planta habas, no hace falta hacer nada, ni siquiera regar”. Pues tuve que regar las habas, muchas veces. Dejé unas sin casi regar en el bancal de arriba, pero al final acabé tirándoles cada semana unos cubos de agua por pura misericordia.

Por fin al final de invierno cayeron 110 lts en un día, y siguieron algunos otros con menos precipitación. Esa agua y la nevada caída aguas arriba, en Teruel, salvaban al rio esta temporada. Volvía a recorrer con fuerza el Villahermosa, y aliviado pensaba en que mis tomates tendrían agua este verano.

De repente, sin aviso con temperatura moderadas llegó el calor, un calor fuerte de final de primavera que hizo sacar las flores a todos los frutales, y al poco cayó una helada tremenda que bajó los termómetros a -5º C, eliminando de golpe todas las flores y con ellas la posibilidad de saborear la fruta de verano.

La helada cayó a los dos o tres días de haber plantado mis nuevos frutales, el kaki y el ciruelo no pudieron soportarlo y murieron, el laurel perdió casi todas sus hojas.

planta de haba tras una helada

A partir de ahí, calor y más calor, el año iba adelantado y teníamos agua, así que las hortalizas iban viento en popa. Hasta que llegó junio y la primera e inusualmente temprana ola de calor. Hojas de judías y tomates quemadas, aromáticas adaptadas al calor y la sequía muertas de una semana para otra (no habían tenido tiempo de profundizar suficientemente sus raíces en la tierra).

La última en lo referente al clima extremo, ocurrió hace una semana. Ese calor que hacía no podía conducir a nada bueno, y llegó el granizo. Una tormenta arrasó sin clemencia algunos pueblos mientras libraba a otros, una lotería despiadada. A nosotros este año nos tocó la piedra.

Las judías de enramar parece que han pasado por el triturador, las plantas de calabaza y calabacín no tienen una hoja sana, los tomates machacados, así como los melones y berenjenas. El manzano de la huerta de Rosario tiene varias ramas grandes rotas.

judias de enramar con cañas

¿Que puedes hacer como agricultor para enfrentarte a estos extremos climáticos?


Hay desgracias inevitables, y frente a ellas realmente poco se puede hacer, pero frente a eso no puedes pararte y quedarte sentad@ quejándote sobre lo mala que es la naturaleza y la mala suerte que tienes.

Sólo puedes intentar minimizar los efectos de estos fenómenos, y adaptar tu huerta ecológica para que sea lo más resiliente posible.

Resiliencia. 1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. (RAE).

Consideremos nuestro huerto un ser vivo y los agentes pertubadores todos estos fenómenos climatológicos.

Aunque los desastres ocurren y a veces no podemos hacer nada, he estado pensando algunas medidas que podemos usar para intentar minimizar sus efectos y al menos disfrutar en parte de nuestras queridas cosechas.


Cinco medidas para un huerto ecológico más resiliente


1- Variedad de especies cultivadas

Como te conté en esta entrada sobre como incrementar la biodiversidad en tu huerto ecológico y en este otro sobre porque es tan importante, la biodiversidad es el primer paso.

Como agricultor puedes elegir entre cultivar una especie o muchas. Si  eres un agricultor@ aficionad@ te recomiendo la ultima opción y si eres profesional, y dispones del espacio suficiente también, ya que aumentará tus posibilidades de supervivencia ante un desastre económico, comercial, natural  o climático.

En las Quinchas, mientras que judías de enramar y calabacines de mata redonda han sido muy afectados por la piedra, los pimientos de padrón, con hojas pequeñas y una forma vertical han sido mucho menos dañados, y seguro que hay algún otro cultivo que no ha sido tan dañado y me permitirá disfrutar el menos de su cosecha.

Tener una variedad de cultivos te permitirá siempre tener algo para recoger, aunque no sea óptimo, o lo que habías planeado, al menos habrá algo para llevar a la mesa.


2- Variedad dentro de una misma especie

Sembré cuatro variedades de calabacines, los hay que crecen de forma redondeada y otros que crecen como una mata que se extiende. Los primeros han sido triturados por el granizo, los segundos, que van mezclándose con los elementos de la huerta y del campo vecino, mucho menos. Creo que aunque sea de estos últimos tendré cosecha de calabacines para hartarme y regalar.

Esta medida va muy ligada con la siguiente, que considero esencial.

Calabacines de correr en huerta ecologica

Los calabacines de correr, protegidos entre otras plantas han sido menos afectados por el granizo.


3-Plantar o sembrar en diferentes momentos


Planté tomate valenciano, tomate rosa y algún Cherry. A los dos meses Gerardo me pasó unos plantones de tomate de colgar que había hecho Benjamin. Aunque no me quedaba casi sitio, hice un hueco en el bancal de arriba para poner esos tomates y ahora resulta que son los menos afectados.

Las judías de enramar que iba a empezar a recolectar este fin de semana han sido despedazadas, sin embargo sembré también una tabla de unas judías de mata baja tardías. Al ser plantas más jóvenes, tienen mucha capacidad de recuperación, estoy casi seguro que sacarán muchas hojas nuevas, crecerán y al menos comeré algunas judías finas.

Plantar o sembrar de forma escalonada puede ayudarnos a ampliar nuestras posibilidades de recoger frutos de nuestra huerta en caso de desastre puntual como una tormenta de granizo.


4-Crear un seto vivo

Un seto de árboles y arbustos alrededor de nuestro huerto es siempre una gran idea. Incrementa exponencialmente la biodiversidad de tu zona y proporciona refugio y alimento a muchas especies animales.

Un seto reduce mucho el impacto del viento. El viento erosiona, aumenta la evaporación, reseca la tierra y las plantas y cuando es excesivo puede tumbar las cañas de las hortalizas o romper ramas de árboles frutales. Dependiendo de dónde vivas los vientos fuertes pueden o no ser un problema importante. En Ludiente después de los vendavales es muy habitual ver grandes pinos arrancados de cuajo, así que en mi caso el viento si puede ser un problema.

La huerta de Blanca, por ejemplo, está en un pequeño recodo. De un lado tiene un muro que separa su huerta del resto, del otro está el molino abandonado, donde los álamos han crecido mucho. Estos elementos le quitan muchas horas de sol, pero a cambio la protegen. Después de la tormenta del otro día sus plantas están menos dañadas que las de huertas que se encuentran sin protección ninguna.

Incluso un seto de plantas herbáceas o aromáticas ofrece cierta protección y muchísimos beneficios a tu huerta.


5-Acolchar los cultivos

El acolchado o mulching se ha puesto muy de moda y por buenas razones.

Básicamente se trata de acumular capas de materia orgánica alrededor de nuestros cultivos, simulando el efecto de un bosque que deja caer sus hojas y que de esa manera, poco a poco, aumenta la fertilidad de la tierra.

Acolchar los cultivos es totalmente viable y recomendable si tienes riego por goteo o exudación, pero ¿y si tienes riego a manta o por caballones?

Este año puse en práctica de nuevo mi “semiacolchado barato” ¿En que consiste?

He plantado muchas hortalizas en caballón, haces una montañita alargada para tu fila d e plantas que las eleva del suelo y evita en parte que el agua las moje constantemente, de esa manera evitas problemas fúngicos. El surco entre dos caballones sirve para regar, pero a la vez este sistema hace que la planta pueda padecer stress hídrico, ya que se evapora el agua con más rapidez.

La solución pasa por acolchar solo el caballón. Como voy de semana en semana, las “malas hierbas” crecen mucho. Son plantas maravillosas, con unos mecanismos de adaptación tremendos.

La batalla entre plantas cultivadas y malas hierbas es legendaria y desigual. Más o menos es como si se enfrentara un lobo salvaje contra un perrito de ciudad acostumbrado a su comida especial y al veterinario. Todos sabemos que el perrito no tendría ninguna posibilidad, nuestras plantas mimadas tampoco la tienen, hay que llevarlas de la mano, al menos al principio..

Lo que yo hago es segarlas o arrancarlas, pero no las saco del huerto, las coloco sobre el caballón, y eso produce un semiacolchado, no muy espeso, pero suficiente para sombrear y que consigue mantener un buen nivel de humedad de semana en semana.

Berenjenas con acolchado

Semiacolchado barato: el agua circula entre los caballones pero las plantas dejadas encima del caballón mantienen bastante la humedad en esa zona.


Esta técnica tan sencilla y barata me permite regar de semana en semana y saber que mis cultivos tienen cubiertas sus necesidades hídricas y son mucho más resistentes a olas de calor extremo.

A veces es un poco incomodo para regar, ya que las ramitas y hojas pueden entorpecer el paso del agua, pero en conjunto se trata de una práctica que encuentro muy beneficiosa para mantener la humedad en periodos fuertes de sequía o calor.

En invierno, además, el acolchado ayuda a mantener la temperatura constante y evitar daños en las raíces de plantas jóvenes.

Sin embargo he de deciros que el acolchado tiene un par de inconvenientes:

Primero suele favorecer a caracoles y babosas, en mi caso los materiales como hierba seca crearon un hábitat idóneo para estos invertebrados, sin embargo el acolchado con plantas verdes o mezcladas me ha resultado mucho menos problemático.

En segundo lugar,  acolchar requiere aportar una gran cantidad de materia orgánica: hojas, virutas, restos de podas, hojas, pinocha..quiere esto decir que si no dispones de una fuente gratis o casi gratis de materia orgánica, tendrás problemas para llevarlo a cabo en la totalidad de tu huerta.

Como no tengo mucho tiempo y solo puedo acolchar una parte de la tierra (el caballón) utilizo el principio de la simplicidad. Uso lo que tengo a mano, si las malas hierbas no me dan para acolchar todo, recurro al campo abandonado de los vecinos, siego algo de hierba y la utilizo. De esta manera la materia orgánica me sale gratis y todos esos nutrientes se quedan en la tierra.

El campo abandonado de al lado de la huerta me provee de hierba en abundancia para practicar la técnica de semiacolchado.


Conclusión


Bueno hortelan@s, espero que no hayáis tenido un año tan malo como yo en cuanto a la meteorología. En cualquier caso sabemos que esto será habitual en el futuro según todas las predicciones, es inevitable.

A largo plazo podemos tomar medidas individuales para intentar contaminar menos. Y ya que nuestros gobiernos no se lo toman en serio, hagámoslo nosotros. Caminar en vez de usar tanto el coche es una buena manera de empezar a contribuir.

A medio y corto plazo tenemos que ser capaces de crear en nuestro huerto un entorno variado y ecológicamente estable, de tal manera podamos sortear de algún modo estos extremos climáticos.

Por último quería recomendaros un video o mejor dicho una serie de videos sobre permacultura, una disciplina que engloba mucho más que la agricultura ecológica y que podría ser una estrategia clave en el futuro que viene.

Geoff Lawton, estudiante de Bill Mollison, que fue el creador del término Permacultura, nos guía con entusiasmo a través de un impresionante proyecto que se llama Greening the Desert.

En el proyecto podéis ver como estaba la tierra, como se ha conseguido crear un vergel fértil en medio de un desierto de piedra y arena.

Los videos están en inglés, si dominas un poco el inglés y con los subtítulos creo que podrás entenderlo. Me parece muy interesante como consiguen cultivar y prosperar en un medio hostil para la vida. Un buen ejemplo de agricultura ecológica en una climatología extrema. Muy recomendable todo su canal de YouTube.


Daniel Belenguer

Fotógrafo profesional durante 15 años, naturalista desde niño e Ingeniero Técnico Agrícola de formación. En bancal.org cuaja todo ese bagaje de trabajos e intereses diversos. La naturaleza, siempre presente, es el nexo que los une. Conoce algo más de mí a través de la web o el canal de YouTube.

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